Hola, hoy les voy a hablar de los nuevos sistemas de
comunicación, su historia y cómo ha influido en la sociedad.
¿Qué son?
Los sistemas de comunicación son aquellos que nos permiten
estar en contacto con otras personas. Mediante estos sistemas de comunicación
podemos obtener información sobre ideas, acontecimientos, de todo lo que el emisor
quiera comunicar. La mayoría de estos sistemas de comunicación se desarrollaron
hace relativamente poco tiempo.
¿Cómo hemos llegado
hasta aquí y qué había antes de las actuales formas de comunicación?
Los medios de comunicación más antiguos son la carta y las
señales de humo, de los que no se conoce fecha de aparición. Escribo esto
porque quiero que veáis el progreso en los medios de comunicación del ser
humano a lo largo de la historia del mundo. Estoy segura de que todos conocéis
la carta, si bien no todos habéis
escrito una. Una carta es un medio de comunicación en el que una persona
escribe un mensaje en una hoja de papel y se la manda a un receptor metida en
un sobre a través del correo postal. Antiguamente todo el mundo escribía
cartas, a sus familiares, amigos, de negocios, etc., pues era prácticamente el
único modo de comunicarse entre la personas. Hoy en día se sigue utilizando la
carta, pero mucho menos que hace apenas unos años.
Las señales de humo
eran, como su nombre indica, señales que se hacían a partir del humo que
desprendía una fogata u hoguera. Este humo, con la forma que le hubiera dado la
persona que emitía las señales, ascendía al cielo y formaba mensajes que podían
ser vistos por otras personas en la distancia. No creo que muchos hayáis visto
alguna señal de humo, pero seguro que tenéis constancia de su existencia por
las películas del oeste y las novelas. Este tipo de comunicación era muy
frecuente hace muchos siglos, en la Antigüedad, y era muy utilizado por los
indios nativos (de América) desde los puestos de vigilancia para avisar de la
aproximación de enemigos.
Teléfono |
Seguimos con otros medios de comunicación más recientes. En
1876 se declara oficialmente la aparición del apareció el teléfono, aunque no se puede atribuir su invención a una única
persona, pues fueron muchas las que participaron en el proceso de investigación
y creación del aparato, aunque se
considera a Graham Bell como su legítimo creador. Otros descubridores de las propiedades del
teléfono fueron Johann Philipp Reis, Meucci y Elisha Gray.
El teléfono es un aparato que permite transmitir señales
acústicas a distancia por medio de señales eléctricas. En la imagen se muestra
el diseño de un teléfono de la época.
Después del teléfono surgió la radio, en 1925, que es la abreviación de radiorreceptor. Se trata
de un aparato que recoge y transforma en sonido las ondas que se emiten por un
radiotransmisor (de ahí que el aparato se llame radiorreceptor). No se conoce al inventor de la radio, puede
que fuera creado entre varias personas como en el caso del teléfono, a partir
de los descubrimientos sobre las ondas electromagnéticas del físico James Clerk
Maxwell que dieron lugar a los descubrimientos de las ondas de radio. A través
de la radio se comunicaban, sobre todo, las noticias en los noticiarios. Aquel
que quisiera escuchar las noticias simplemente tenía que encender la radio a la
hora precisa y en la emisora correspondiente.
Poco después apareció la televisión, que tuvo mucha competencia con la radio e hizo que esta
entrara en declive entre los años 1960 y 1980. La primera televisión fue
inventada en 1927 por el ingeniero y físico John Logie Baird. La televisión ya
permite obtener imágenes a larga distancia y no sólo el sonido, aunque al
principio estas imágenes estaban en blanco y negro y después el mismo John
inventó el tubo de color, que permitió ver las imágenes en color, como su
nombre indica. Hoy en día es uno de los recursos más utilizados tanto para
noticias como en programación de ocio para niños, jóvenes y adultos (dibujos
animados, series, programas de cocina, reality shows, etc).
En 1962 se consiguió la comunicación vía satélite. Es decir,
a través de un satélite lanzado fuera del planeta Tierra que orbita alrededor de la misma y está
siempre en contacto con el centro de comunicaciones que lo controla. De esta
forma se lanzan ondas al satélite desde una estación determinada, o varias, las ondas rebotan en sus paneles y vuelven a
la Tierra, donde pueden disponer de ellas todos los usuarios registrados. Es un
sistema inalámbrico, no como todos los anteriores, que precisaban de un cable
submarino o subterráneo para poder funcionar. Hoy en día el sistema vía
satélite es el medio más utilizado para la comunicación.
Finalmente, en 1969, apareció el internet y aún se está desarrollando. Es la “Red
informática de comunicación internacional que permite el intercambio de todo
tipo de información entre sus usuarios”
♦ El nombre proviene del acrónimo de las palabras inglesas International Network (red internacional).
♦ El nombre proviene del acrónimo de las palabras inglesas International Network (red internacional).
Surgió cuando el Departamento de Defensa de Estados Unidos
comenzó a buscar alternativas para que la gente no se quedara incomunicada en
caso de que estallara una guerra atómica, ya que estaban en plena Guerra Fría.
Internet es un sistema que utiliza la vía satélite y el más
utilizado en la actualidad. Primero sólo se podía utilizar internet en los
ordenadores, pero más tarde fue Steve Jobs quien hizo los móviles, iPods y
iPads que también podían tenerlo, aunque estos aparatos son “mini ordenadores”
en sí mismos que además tienen otras funciones como el móvil, con el que se
pueden realizar llamadas telefónicas.
Ordenador antiguo |
¿Cómo vivía la gente
los avances en la tecnología?
Aunque todos estos medios de comunicación tienen fecha de
invención, no quiere decir que enseguida llegaran los avances a la población.
Pasaban años hasta que se comercializaban los productos, y no todo el mundo
podía permitirse el lujo de adquirir uno, pues eran caros o bien porque no
habían oído hablar siquiera de él.
Como ha habido un gran avance en las tecnologías en las
últimas décadas, he querido informarme según cada generación. Por eso he
hablado con mis abuelos sobre su infancia, lo que ha supuesto para ellos el
haber vivido ese cambio de ideología que conllevan las tecnologías y cómo han
influido en su vida.
Mis abuelos nacieron justo cuando finalizó la Guerra Civil
en España. En plena posguerra, había escasez y un gran atraso respecto a los
demás países europeos, que ya se habían industrializado. Además, la dictadura
de Franco reprimía los medios de comunicación existentes para que no hubiera
información en su contra.
Mis abuelos nacieron en pequeños pueblos en familias que no
eran ricas, pero tampoco pobres. Tenían las necesidades básicas cubiertas, pero
no poseían lujos de ningún tipo. Mi abuelo me contaba que en su casa no tenían
luz ni agua. La luz que podían aprovechar era la luz solar. Si mi abuelo tenía
que quedarse más tiempo estudiando para sacar adelante sus estudios eran
lámparas de aceite o velas lo que utilizaba para alumbrar sus apuntes. Con esa
luz tenía que forzar mucho la vista, y al día siguiente tenía los ojos
cansados, los moquillos de la nariz negros de respirar el humo y, a veces,
dolor de cabeza. Por tanto, no es de extrañar que uno de los mayores avances
para él fuera la introducción de la luz en los hogares, pues en las calles sí
había, y junto con la luz, el agua.
Mi abuela, por el contrario, nació con luz en casa. El agua
tardó un poco más en llegar. Todos los días tenía que ir al pozo de las afueras
del pueblo para llenar los cántaros de agua y llevarlos a casa. Esta agua se
utilizaba para la cocina, la limpieza y la higiene personal, pues, obviamente,
no tenían duchas.
Uno de los cambios que más destacaba mi abuela era la
introducción del butano para la cocina, ya que antes la comida se ponía en una
olla encima del fuego de la chimenea para cocinarla. Esto era incómodo y daba
mucho calor. Además tenían que tener el fuego encendido siempre, fuera invierno
o verano. También le pareció una maravilla la invención de la lavadora. Esa máquina que lavaba sola la ropa. ¡Qué
maravilla! Mucho mejor que pasar horas y horas lavando con las manos y una
pastilla de jabón, refregando hasta que las manchas desaparecían, en una pila
de piedra con ondulaciones.
Pero este tema trata de los sistemas de comunicación. Para
mis abuelos fue impactante el teléfono, que ya se había inventado mucho antes
de que ellos nacieran, pero nunca lo habían visto. Mi abuela me contaba que
cuando era joven vio por primera vez un teléfono, en casa de una de sus amigas.
¿Cómo podía comunicarse con alguien que estaba a kilómetros y kilómetros de
distancia? Parecía imposible. Se quedaba embelesada mirando las teclas que se
movían en la rueda a medida que su amiga iba marcando un número.
Y qué decir de la televisión. Una caja que mostraba imágenes
en blanco y negro de hechos o personas que no estaban allí presente, sino en algún
sitio muy lejos de allí.
Muchos años después conocieron el internet, cuando mi padre
y mis tíos ya habían nacido y estaban estudiando. Ahí se perdieron. Internet
entraña un misterio para ellos. Saben qué es, para qué se utiliza… pero nunca
han llegado a manejarlo por su cuenta.
Pero sí se dan cuenta de lo que pasa a su alrededor.
Internet ha supuesto un boom en las tecnologías: aparición de iPhones,
Smartphones, iPads, iPods, ordenadores personales, portátiles, etc. La sociedad
cada vez está más consumida por estos nuevos inventos y ya parece que no puede
vivir sin ellos. Parece que los móviles son prolongaciones de las manos, que
nacemos con un chip tecnológico en el cerebro. Pero estas tecnologías nos están
haciendo perder el juicio. Son herramientas muy útiles siempre y cuando sepamos
manejarlas con responsabilidad, pero esto no se está teniendo en cuenta en la
actualidad, sobre todo por las nuevas generaciones. La mayoría de los jóvenes
pasan el día conectados a las redes sociales y pierden contacto con la vida
real. Prefieren hablar por un chat que con una persona cara a cara. Cuando
salen los amigos juntos por la calle, siempre hay alguno que está pendiente del
móvil, por no decir todos. Incluso se ha perdido el respeto hacia las personas.
Mis abuelos se sorprenden ante esta nueva sociedad. Y con
razón. En algún punto de la conversación les pregunté si preferían vivir en los
antiguos tiempos o si, por el contrario, se quedarían con la situación actual.
“Yo me quedaría con algunas cosas del pasado y con muchas de
ahora. En la actualidad hay muchas más comodidades, muchas más oportunidades y
acceso a la información y al mundo. Pero echo de menos la humanidad que se
respiraba en los tiempos pasados: ese respeto, ese compañerismo, esa fe
profunda de la que carecen estas nuevas generaciones.”, decía el abuelo.
“Yo volvería a mis veinticinco años. A pesar de las comodidades que tenemos ahora, había algo que no hay en la actualidad. Yo era feliz. Feliz cuando salía a la calle con mis amigas y nos reíamos por cualquier tontería. Feliz con las buenas relaciones que tenían todos con todos. No teníamos apenas nada, y lo pasábamos mejor que cualquier crío ahora. Se ha perdido el saber disfrutar de las pequeñas cosas, y los chavales se han acostumbrado a tener tanto que ya no se divierten con nada.”, decía la abuela.
“Estoy totalmente de acuerdo con vosotros.”, decía yo.
Y realmente es así. Estas nuevas generaciones, que han
nacido en el seno de la tecnología, no conocen el divertirse sin aparatos
tecnológicos o sin sus cientos de juguetes. Quizá con el tiempo se den cuenta y
prefieran disfrutar del mundo desde un punto de vista más humano, más cercano,
y no desde esa fría nube que nos envuelve y nos hace abandonarnos, como
despojos sin sentimientos ocultos tras una pantalla.