jueves, 5 de junio de 2014

NUEVAS TECNOLOGÍAS


Hola, hoy les voy a hablar de los nuevos sistemas de comunicación, su historia y cómo ha influido en la sociedad.

¿Qué son?

Los sistemas de comunicación son aquellos que nos permiten estar en contacto con otras personas. Mediante estos sistemas de comunicación podemos obtener información sobre ideas, acontecimientos, de todo lo que el emisor quiera comunicar. La mayoría de estos sistemas de comunicación se desarrollaron hace relativamente poco tiempo.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí y qué había antes de las actuales formas de comunicación?

Los medios de comunicación más antiguos son la carta y las señales de humo, de los que no se conoce fecha de aparición. Escribo esto porque quiero que veáis el progreso en los medios de comunicación del ser humano a lo largo de la historia del mundo. Estoy segura de que todos conocéis la carta, si bien no todos habéis escrito una. Una carta es un medio de comunicación en el que una persona escribe un mensaje en una hoja de papel y se la manda a un receptor metida en un sobre a través del correo postal. Antiguamente todo el mundo escribía cartas, a sus familiares, amigos, de negocios, etc., pues era prácticamente el único modo de comunicarse entre la personas. Hoy en día se sigue utilizando la carta, pero mucho menos que hace apenas unos años.

Las señales de humo eran, como su nombre indica, señales que se hacían a partir del humo que desprendía una fogata u hoguera. Este humo, con la forma que le hubiera dado la persona que emitía las señales, ascendía al cielo y formaba mensajes que podían ser vistos por otras personas en la distancia. No creo que muchos hayáis visto alguna señal de humo, pero seguro que tenéis constancia de su existencia por las películas del oeste y las novelas. Este tipo de comunicación era muy frecuente hace muchos siglos, en la Antigüedad, y era muy utilizado por los indios nativos (de América) desde los puestos de vigilancia para avisar de la aproximación de enemigos.


Teléfono
Seguimos con otros medios de comunicación más recientes. En 1876 se declara oficialmente la aparición del apareció el teléfono, aunque no se puede atribuir su invención a una única persona, pues fueron muchas las que participaron en el proceso de investigación y creación del aparato,  aunque se considera a Graham Bell como su legítimo creador.  Otros descubridores de las propiedades del teléfono fueron Johann Philipp Reis, Meucci y Elisha Gray.

El teléfono es un aparato que permite transmitir señales acústicas a distancia por medio de señales eléctricas. En la imagen se muestra el diseño de un teléfono de la época.

Después del teléfono surgió la radio, en 1925, que es la abreviación de radiorreceptor. Se trata de un aparato que recoge y transforma en sonido las ondas que se emiten por un radiotransmisor (de ahí que el aparato se llame radiorreceptor).  No se conoce al inventor de la radio, puede que fuera creado entre varias personas como en el caso del teléfono, a partir de los descubrimientos sobre las ondas electromagnéticas del físico James Clerk Maxwell que dieron lugar a los descubrimientos de las ondas de radio. A través de la radio se comunicaban, sobre todo, las noticias en los noticiarios. Aquel que quisiera escuchar las noticias simplemente tenía que encender la radio a la hora precisa y en la emisora correspondiente.

Poco después apareció la televisión, que tuvo mucha competencia con la radio e hizo que esta entrara en declive entre los años 1960 y 1980. La primera televisión fue inventada en 1927 por el ingeniero y físico John Logie Baird. La televisión ya permite obtener imágenes a larga distancia y no sólo el sonido, aunque al principio estas imágenes estaban en blanco y negro y después el mismo John inventó el tubo de color, que permitió ver las imágenes en color, como su nombre indica. Hoy en día es uno de los recursos más utilizados tanto para noticias como en programación de ocio para niños, jóvenes y adultos (dibujos animados, series, programas de cocina, reality shows, etc).

En 1962 se consiguió la comunicación vía satélite. Es decir, a través de un satélite lanzado fuera del planeta Tierra  que orbita alrededor de la misma y está siempre en contacto con el centro de comunicaciones que lo controla. De esta forma se lanzan ondas al satélite desde una estación determinada, o varias,  las ondas rebotan en sus paneles y vuelven a la Tierra, donde pueden disponer de ellas todos los usuarios registrados. Es un sistema inalámbrico, no como todos los anteriores, que precisaban de un cable submarino o subterráneo para poder funcionar. Hoy en día el sistema vía satélite es el medio más utilizado para la comunicación.

 
 
Finalmente, en 1969, apareció el internet y aún se está desarrollando. Es la “Red informática de comunicación internacional que permite el intercambio de todo tipo de información entre sus usuarios”

♦ El nombre proviene del acrónimo de las palabras inglesas International Network (red internacional).
 

Surgió cuando el Departamento de Defensa de Estados Unidos comenzó a buscar alternativas para que la gente no se quedara incomunicada en caso de que estallara una guerra atómica, ya que estaban en plena Guerra Fría.

Internet es un sistema que utiliza la vía satélite y el más utilizado en la actualidad. Primero sólo se podía utilizar internet en los ordenadores, pero más tarde fue Steve Jobs quien hizo los móviles, iPods y iPads que también podían tenerlo, aunque estos aparatos son “mini ordenadores” en sí mismos que además tienen otras funciones como el móvil, con el que se pueden realizar llamadas telefónicas.
Ordenador antiguo
 
¿Cómo vivía la gente los avances en la tecnología?

Aunque todos estos medios de comunicación tienen fecha de invención, no quiere decir que enseguida llegaran los avances a la población. Pasaban años hasta que se comercializaban los productos, y no todo el mundo podía permitirse el lujo de adquirir uno, pues eran caros o bien porque no habían oído hablar siquiera de él.

Como ha habido un gran avance en las tecnologías en las últimas décadas, he querido informarme según cada generación. Por eso he hablado con mis abuelos sobre su infancia, lo que ha supuesto para ellos el haber vivido ese cambio de ideología que conllevan las tecnologías y cómo han influido en su vida.

Mis abuelos nacieron justo cuando finalizó la Guerra Civil en España. En plena posguerra, había escasez y un gran atraso respecto a los demás países europeos, que ya se habían industrializado. Además, la dictadura de Franco reprimía los medios de comunicación existentes para que no hubiera información en su contra.

Mis abuelos nacieron en pequeños pueblos en familias que no eran ricas, pero tampoco pobres. Tenían las necesidades básicas cubiertas, pero no poseían lujos de ningún tipo. Mi abuelo me contaba que en su casa no tenían luz ni agua. La luz que podían aprovechar era la luz solar. Si mi abuelo tenía que quedarse más tiempo estudiando para sacar adelante sus estudios eran lámparas de aceite o velas lo que utilizaba para alumbrar sus apuntes. Con esa luz tenía que forzar mucho la vista, y al día siguiente tenía los ojos cansados, los moquillos de la nariz negros de respirar el humo y, a veces, dolor de cabeza. Por tanto, no es de extrañar que uno de los mayores avances para él fuera la introducción de la luz en los hogares, pues en las calles sí había, y junto con la luz, el agua.

Mi abuela, por el contrario, nació con luz en casa. El agua tardó un poco más en llegar. Todos los días tenía que ir al pozo de las afueras del pueblo para llenar los cántaros de agua y llevarlos a casa. Esta agua se utilizaba para la cocina, la limpieza y la higiene personal, pues, obviamente, no tenían duchas.

Uno de los cambios que más destacaba mi abuela era la introducción del butano para la cocina, ya que antes la comida se ponía en una olla encima del fuego de la chimenea para cocinarla. Esto era incómodo y daba mucho calor. Además tenían que tener el fuego encendido siempre, fuera invierno o verano. También le pareció una maravilla la invención de la lavadora.  Esa máquina que lavaba sola la ropa. ¡Qué maravilla! Mucho mejor que pasar horas y horas lavando con las manos y una pastilla de jabón, refregando hasta que las manchas desaparecían, en una pila de piedra con ondulaciones.
 
Pero este tema trata de los sistemas de comunicación. Para mis abuelos fue impactante el teléfono, que ya se había inventado mucho antes de que ellos nacieran, pero nunca lo habían visto. Mi abuela me contaba que cuando era joven vio por primera vez un teléfono, en casa de una de sus amigas. ¿Cómo podía comunicarse con alguien que estaba a kilómetros y kilómetros de distancia? Parecía imposible. Se quedaba embelesada mirando las teclas que se movían en la rueda a medida que su amiga iba marcando un número.

Y qué decir de la televisión. Una caja que mostraba imágenes en blanco y negro de hechos o personas que no estaban allí presente, sino en algún sitio muy lejos de allí.

Muchos años después conocieron el internet, cuando mi padre y mis tíos ya habían nacido y estaban estudiando. Ahí se perdieron. Internet entraña un misterio para ellos. Saben qué es, para qué se utiliza… pero nunca han llegado a manejarlo por su cuenta.

Pero sí se dan cuenta de lo que pasa a su alrededor. Internet ha supuesto un boom en las tecnologías: aparición de iPhones, Smartphones, iPads, iPods, ordenadores personales, portátiles, etc. La sociedad cada vez está más consumida por estos nuevos inventos y ya parece que no puede vivir sin ellos. Parece que los móviles son prolongaciones de las manos, que nacemos con un chip tecnológico en el cerebro. Pero estas tecnologías nos están haciendo perder el juicio. Son herramientas muy útiles siempre y cuando sepamos manejarlas con responsabilidad, pero esto no se está teniendo en cuenta en la actualidad, sobre todo por las nuevas generaciones. La mayoría de los jóvenes pasan el día conectados a las redes sociales y pierden contacto con la vida real. Prefieren hablar por un chat que con una persona cara a cara. Cuando salen los amigos juntos por la calle, siempre hay alguno que está pendiente del móvil, por no decir todos. Incluso se ha perdido el respeto hacia las personas.

Mis abuelos se sorprenden ante esta nueva sociedad. Y con razón. En algún punto de la conversación les pregunté si preferían vivir en los antiguos tiempos o si, por el contrario, se quedarían con la situación actual.

“Yo me quedaría con algunas cosas del pasado y con muchas de ahora. En la actualidad hay muchas más comodidades, muchas más oportunidades y acceso a la información y al mundo. Pero echo de menos la humanidad que se respiraba en los tiempos pasados: ese respeto, ese compañerismo, esa fe profunda de la que carecen estas nuevas generaciones.”, decía el abuelo.

“Yo volvería a mis veinticinco años. A pesar de las comodidades que tenemos ahora, había algo que no hay en la actualidad. Yo era feliz. Feliz cuando salía a la calle con mis amigas y nos reíamos por cualquier tontería. Feliz con las buenas relaciones que tenían todos con todos. No teníamos apenas nada, y lo pasábamos mejor que cualquier crío ahora. Se ha perdido el saber disfrutar de las pequeñas cosas, y los chavales se han acostumbrado a tener tanto que ya no se divierten con nada.”, decía la abuela.

“Estoy totalmente de acuerdo con vosotros.”, decía yo.

Y realmente es así. Estas nuevas generaciones, que han nacido en el seno de la tecnología, no conocen el divertirse sin aparatos tecnológicos o sin sus cientos de juguetes. Quizá con el tiempo se den cuenta y prefieran disfrutar del mundo desde un punto de vista más humano, más cercano, y no desde esa fría nube que nos envuelve y nos hace abandonarnos, como despojos sin sentimientos ocultos tras una pantalla.

 

 

 
 
 
 

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